Receta para un encuentro

Por Victoria Trillo. Artista sonora y creadora colateral en los Encuentros de Creación en La Magdalena.

Coja 13 creadores, póngalos en un recipiente de cristal, salpimiéntelos y agregue 2 fantásticos gestores y una comunicadora que cuiden de ellos y les hagan sentir como en casa. Cierre el recipiente y póngalo al sol con vistas al mar. Deje macerar durante 12 días. Abra el recipiente y deje que el resultado final le sorprenda. Verá que brillan con luz propia. Y si observa atentamente verá que lo que antes eran 13 cuerpos desconocidos y sin relación alguna se ha convertido en un cuerpo único, un conjunto único, un cuerpo circular y reversible.

Sin duda, la receta de los Encuentros de Creación en la Magdalena es una de las mejores propuestas que he podido experimentar desde hace bastante tiempo. Un plato que alimenta el espíritu, el cuerpo, la mente y la avidez de creación. ¡Y de qué forma! Como parte integrante de los ingredientes creativos, me he sentido afortunada de poder formar parte y me he entregado al 100%, me he dejado llevar al mundo al que cada creador generador me haya querido llevar. Sin miedo, sin límites. Probar sabores nuevos y salir de la zona de confort es lo más reconfortante y lo más motivador.

Y no es decir poco, pues como creadora colateral de forma más activa o menos, he estado involucrada en todos los proyectos. Una tormenta por aquí, aprender a volar por allá, mover el diamante e imaginar a qué suena el caminar de un minotauro, montar un Bolero de Ravel para voces. Ser extrema la primera hora y cambiar de escenario y ser un fluir continuo de movimiento y feminidad la siguiente. Y sí, componer, componer música entre horas, en los descansos, a la hora de dormir. La creación no para en los 12 días. Pero el sueño y las agujetas no se sienten, no molestan.

Al final la colateralidad se quedó en el banquillo. Convertirse en un bloque junto a los demás es lo que tiene. Crear música, cantar, interpretar, bailar, escribir, participar de todo el proceso. Es una experiencia que pocas veces como músico se te da la oportunidad de vivir. Y que me parece imprescindible para comprender bien los procesos y generar el espacio sonoro más adecuado para cada creación, pero que pocas veces se puede dar por falta de presupuesto. Desde luego, crear así es todo un lujo.

Quince días después sigues allí, pensando allí, conectada allí. Pensando nuevos proyectos para llevar a cabo con esas personas con las que has conectado tanto, pensando en si este o aquél espectáculo se puede llevar de gira. Nadie quiere que esta experiencia se convierta tan sólo en un recuerdo. Seguimos hablando por Whatsapp, nos echamos de menos, buscamos formas de volvernos a ver y hacer algo juntos. Nos enviamos fotos de nuestras rutinas o de nuestra ausencia de ellas. Eso sí que es extremo. En definitiva, buscando la vía para volver a sentir dentro ser parte de algo como estos Encuentros y volver a estar conectado en un cuerpo único circular y reversible.

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